Concentración: razones por las cuales no lo haces
Es común que en el día a día la concentración se pierda a momentos, sin embargo, es importante no permitir que esto suceda en exceso pues podría afectar nuestro desempeño en el trabajo, la casa o la vida diaria.
Te compartimos una lista con los principales tipos de atención y la relación que puedes tener con alguno.
- Atención sostenida o persistencia atencional, es la que utilizamos para poner atención durante un tiempo determinado, por ejemplo, leer un libro o armar algún rompecabezas.
- Atención selectiva, la que nos ayuda a priorizar lo qué debemos atender o qué tarea debemos hacer, como por ejemplo oír y anotar o levantarse y caminar.
- Atención dividida, ésta nos permite atender a uno o más estímulos al mismo tiempo o hacer varias tareas en simultaneo, por ejemplo, escuchar música y trabajar o hacer tarea.
La concentración por otro lado está relacionada con la toma de decisiones, mientras menos concentrado eres, peor tomador de decisiones eres y viceversa. Este tipo de comportamientos afecta no sólo las funciones laborales sino también en la calidad de vida.
Enseguida te compartimos un test para reconocer que tanto control tienes acerca de tu concentración.
- Olvidos recurrentes
- Realización de tareas con errores o fallas
- Dificultad para comprender (lo que se dice, se lee o se hace)
- Pérdida del hilo de la actividad en curso, o no realizar una tarea de forma prolongada
- Tenemos momentos cotidianos de despiste
- Dificultad para realizar con dos tareas a la vez y tener la sensación de fracaso hacia el futuro (por ejemplo “en qué me quedé”, “sé que tenía algo pendiente pero no recuerdo qué)”
- Dificultad para tomar decisiones
- Dificultad para planificar tus tareas y organizar tiempos
- Problemas a la hora de recordar nombres o lugares
- Dejar tareas inconclusas
Si contestaste que sí a más de tres estás teniendo problemas de concentración. Existen ejercicios que ayudan a mejorarla, busca y realiza lo que mejor te convengan.