Reconocer y gestionar las emociones en el trabajo
En el ámbito laboral cada vez se da más prioridad a la inteligencia emocional, pues esto sin duda repercute en el desempeño y el ambiente de trabajo. Desde el reclutamiento, es una de las soft skills más demandadas, según se ha identificado en las tendencias de las vacantes publicadas en la plataforma LinkedIn, pero también se ha vuelto necesario que dentro de las empresas se promueva el reconocimiento y la gestión de las emociones del personal.
Entre las habilidades emocionales más valoradas en un perfil profesional están el manejo del estrés y la resolución de conflictos. “Esto no solo es importante para los puestos directivos, pues la inteligencia emocional en el trabajo debe funcionar en todas direcciones y niveles”, indica Marco Enríquez Espinoza, Business Unit Director de la marca Champion.
Para promover el autoconocimiento de los trabajadores es vital que ellos mismos puedan evaluar su conducta actual, reconociendo aciertos o fallas, y permitirse retroalimentación. Para mejorar la gestión de las emociones en el entorno laboral, los líderes de las empresas deben considerar 3 elementos clave que nos comparte Marco Enríquez Espinoza:
- Detectar necesidades a través de la empatía con el grupo. Conocer sus preferencias, necesidades y planes de carrera permitirá tener una mejor comprensión de sus problemas.
- Enseñar con el ejemplo. Brindar la oportunidad de que el aprendizaje sea mediante prueba y error. No solo a nivel profesional, también las reacciones y habilidades personales son muy importantes en la respuesta que se ofrece a los colaboradores.
- Aporta retos y delega responsabilidades de acuerdo con fortalezas, esto permite que los trabajadores se empoderen y sean más productivos en sus entornos laborales.
Las emociones juegan un papel importante en la actualidad, así como el cuidado de la salud mental de los trabajadores. Hay que recordar que sentir enojo, celos o alegría son reacciones naturales y físicas, que no siempre derivan en una acción negativa. Si son guiadas de forma estratégica, por ejemplo: el enojo puede convertirse en un catalizador de la competitividad. Por lo que es muy relevante reconocer las emociones y aprender a gestionarlas.
Marco Enríquez señala que dentro de la empresa hay personas clave que saben “leer” el ambiente o el lenguaje corporal de sus colegas y pueden responder en consecuencia. Además, desarrollar estas habilidades entre los colaboradores ayuda a incrementar la empatía y el respeto mutuo.
Los expertos también sugieren que los programas de wellness, para satisfacer necesidades básicas como el descanso y la buena alimentación, así como la distracción y convivencia social, son benéficos para la salud mental y emocional de los trabajadores.